Gestión del tiempo y Sofrología
Iniciamos el año 2017 con el testimonio de una universitaria que, gracias a la sofrología, consiguió mejorar su gestión del tiempo y mejorar como persona en todos los ámbitos de su vida.
Antes de empezar a practicar sofrología yo era una persona con un problema de organización grave. Estaba en 2º de carrera de filología inglesa y me estancaba a la hora de planificar mi calendario para las entregas y trabajos de las asignaturas. El hecho de empezar y acabar un trabajo resultaba un gran desafío para mí ya que era un miedo que evitaba afrontar a toda costa.
Posponer continuamente ese momento de planificar mi tiempo para organizarme era una vía de escape que solo provocaba más ansiedad y agobio en mí ya que el “deadline” cada vez estaba más cerca. El tiempo para mí es un reto personal tan grande que el resto de personas no consiguen de entender. Existen muchos estudiantes que aplazan sus tareas continuamente, pero al final consiguen entregar algo. Yo me comparaba con mis compañeros en este aspecto y aunque me sorprendía, y a la vez motivaba su habilidad de entregar en el último momento, yo me sentía incapaz de presentar nada y me rendía.
Esta dificultad para organizar el tiempo no solo se ha visto afectada en el ámbito de los estudios o el trabajo, sino que también ha afectado a mi reputación. Llegar tarde a las citas, a un puesto de trabajo, al médico o a un café con una amiga son ejemplos en los que he deseado que la tierra me tragase.
Viéndome en estas bochornosas circunstancias recurrí a la sofrología. La sofrología no solo ha sido un gran apoyo emocional y psicológico sino que me ha ayudado a crecer como persona. El método de relajación y autocontrol de las emociones hace que uno interiorice y canalice las emociones negativas llegando a transformarlas en positivas. Mi relación con mi familia cada vez empeoraba más debido a mi carácter irritante y recriminador. La sofrología me enseñó que si se quiere cambiar la relación con los demás, primero ha de cambiar uno mismo. Antes mi refugio era la cama, ahora cuando siento ganas de ahogar mis penas durmiendo, acudo a escuchar las grabaciones que, además de calmarme, hacen que refuerce mi autoestima. Durante mi época en la universidad, la sofrología me ha ayudado a estructurar mejor el tiempo y conseguir cumplir esos retos que nunca antes fui capaz de conseguir. La sensación de conseguir entregar trabajos que en un principio me aterrorizaba y me veía incapaz de entregar a tiempo, hace que vuelva a creer en mi misma y en las cosas que puedo ser capaz de hacer.
Para una persona con una personalidad perfeccionista y obsesiva no es fácil mantener siempre la autoestima a raya, ya que casi siempre acabas insatisfecho e inseguro de lo que consigues. La sofrología ha conseguido desarrollar la capacidad de quererme tal y como soy, porque conocerse y aceptarse a uno mismo es el primer paso que una persona debe dar para poder mejorar como persona.
La sofróloga Marie-France Krémer guió a esta joven en su prácticas sofrológicas
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